El día 29 de junio de junio de 2010, alumnos del curso de ornitología del proyecto “Alas para Nerpio” realizaron una excursión a Pontones (Jaén) a uno de los lugares donde se liberan los quebrantahuesos dentro del proyecto LIFE 04NAT/ES/000056 “Acciones para la Reintroducción del Quebrantahuesos en Andalucía”, del cual es beneficiario la Fundación Gypaetus en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (CMA), Federación Andaluza de Caza (FAC) y Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-A) . 
El fin de la visita era que los futuros guías de turismo ornitológico pudieran ver a la especie en su medio natural y aprendieran algunas nociones de identificación y reconocimiento de rapaces en campo, con especial atención al quebrantahuesos Gypaetus barbatus, especie que no había sido observada con anterioridad por los alumnos de Nerpio.
La visita al lugar de liberación, en plena Sierra de Segura, se realizó en compañía de los técnicos y voluntarios de la Fundación Gypaetus, los cuales nos habían invitado durante su estancia en Nerpio el pasado mes de abril.
La oportunidad que nos brindaron los técnicos encargados del hacking, nos permitió conocer de cerca el desarrollo de una de sus jornadas de trabajo, en las cuales realizan el seguimiento de los quebrantahuesos liberados durante la presente temporada de cría. Pudimos disfrutar de los vuelos de Tranco y Quiteria, así como del espectacular paisaje del inaccesible valle de Pontones donde han sido liberados los ejemplares.
Todo lo anterior unido al buen humor de los técnicos y voluntarios de Gypaetus nos hizo pasar un día inolvidable.
La oportunidad que nos brindaron los técnicos encargados del hacking, nos permitió conocer de cerca el desarrollo de una de sus jornadas de trabajo, en las cuales realizan el seguimiento de los quebrantahuesos liberados durante la presente temporada de cría. Pudimos disfrutar de los vuelos de Tranco y Quiteria, así como del espectacular paisaje del inaccesible valle de Pontones donde han sido liberados los ejemplares.
Todo lo anterior unido al buen humor de los técnicos y voluntarios de Gypaetus nos hizo pasar un día inolvidable.
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